viernes, 28 de enero de 2022

LA ESCASA ÉTICA E IMPARCIALIDAD DE UN PERIODISTA

 LA ESCASA ÉTICA E IMPARCIALIDAD DE UN PERIODISTA

                                       "Ahí hay gente también jefe,
                                          ahí hay gente que también joden al otro lado,                                                                 ahí nomás; de este lado salen".

¿Cumplirá la función de periodista o de soplón de la policía?

Los policías deben cumplir su trabajo y un periodista, reportero o corresponsal de guerra, debe ceñirse a difundir la información con objetividad e imparcialidad.

Sin embargo, el reportero/periodista del Diario Ahora, -del cual recojo la transmisión-, el día miércoles 26 de enero 2022, en horas de la tarde durante la intervención policial de desalojo a los huelguistas ronderos y agricultores, exigiendo al gobierno central el saneamiento físico legal y la reversión de tierras,  que habían bloqueado momentáneamente la carretera Federico Basadre e impidiendo el paso vehicular y de pasajeros, en la localidad de Campo Verde, distrito del mismo nombre, a 34 kilómetros de la ciudad de Pucallpa, Región Ucayali, indica verbalmente a un miembro de la PNP de la presencia de personas (poniendo en tela de juicio si serían huelguistas o transeúntes, porque necesariamente en momentos así tienen que buscar refugio) con la siguiente frase que se escucha:

"Ahí hay gente también jefe. Ahí también hay gente que también joden al otro lado, ahí nomas; de este lado salen".

Con esta actitud soplonesca, el reportero/periodista degenera la calidad de la objetividad y exactitud de los hechos, atentando contra el código deontológico de su profesión y contra las  cualidades esenciales de la noticia informativa que está cubriendo o propalando; convirtiéndose así, en un miembro más del sector que está repeliendo a los protestantes, es decir tomando partido en un hecho, distando muy lejos de ser un periodista imparcial que a la larga va a ser mal visto por la ciudadanía que dudarían de su veracidad, confiabilidad e imparcialidad en la sagrada misión de su ejercicio profesional, que muy por el contrario, debería inspirar confianza, como parte de la conciencia y de la responsabilidad de los medios, en este caso el Diario Ahora, institución a la cual pertenece el reportero/periodista, de quien nos ocupamos.

Y la cereza del pastel es cuando a un vecino de las inmediaciones le entrevista direccionándole la respuesta y éste responde contrariamente, sin darle mayor opción que retirarse, según se escucha en el siguiente diálogo:

Reportero: "...los más afectados son los vecinos, los vecinos son los más afectados por este ¿Qué tiene que decir?"

Vecino: "Los policías han venido a delinquir acá, han venido como delincuentes a botar a los campesinos".

Y para el colmo de los colmos a otro ciudadano del costado le dice "señora" y él atina sólo a sonreír.

A raíz de estos hechos, deja mucho que desear la integridad e inquebrantable ética de un periodista y la buena praxis de su profesión, quien debería infundir confianza en su audiencia practicando la justicia, la objetividad y la honestidad en su diario accionar, considerando la deontología profesional, como la única garantía para la credibilidad e imparcialidad de los medios ante los ciudadanos.






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