miércoles, 8 de enero de 2014

LOS SERES DEL CIELO, EL RÍO Y LA TIERRA

LOS SERES DEL CIELO, EL RÍO Y LA TIERRA

De este poema sólo brota humo
y en torbellino sube al cielo, hasta las nubes,
se condensa;
y mi atmósfera se vuelve gris.

El cielo, semejante a un inmenso lago,
con palizadas y espumas que bajan por el remanso Agua Negra,
es un espacio donde sólo vuelan los negros gallinazos,
deslizándose en los cirros, planeando como acróbatas paracaidistas ,
dando vueltas y más vueltas,
descendiendo y ascendiendo en los confines
de sus carroñeras existencias.

Los orgullosos gallinazos del Ucayali,
van y vienen volando en libertad,
por las mañanas, por las tardes,
depurando el medio ambiente del May Ushin.

De este poema sólo brota agua
y en geiser sube al cielo, hasta las nubes,
se condensa;
y mi atmósfera se vuelve clara.

El río, semejante a un infinito cielo,
con vientos y nubes arreboladas que viajan
por el celaje de Nueva Bagazán,
es un espacio donde sólo nadan las prehistóricas carachamas,
deslizándose en las corrientes subálveas,
como buzos exploradores, flotando, surcando y bajando,
descendiendo y ascendiendo en los confines de sus barrosas existencias.


Las orgullosas carachamas del Ucayali,
van y vienen nadando en libertad, desde tiempos inmemoriales,
ofrendándose, en calciferantes chilicanos
que nutren a los hombres, mujeres y niños del Apu Paro.

De este poema sólo brota polvo,
y en ráfaga sube al cielo, hasta las nubes,
se condensa;  
y mi atmósfera se vuelve verde.

La tierra, semejante a una inconmensurable isla
con shebonales y renacales que crecen
por los bajeales del Utuquinía, el Tamaya y e  Manantay;
es un espacio donde sólo caminan los típicos sajinos,
deslizándose en las colpas,
revolcándose, embarrándose como mitayeros errados, descendiendo y ascendiendo en los confines de sus sobaquíneas existencias.


Los orgullosos sajinos del Ucayali,
van y vienen andando en libertad en manadas, desde siempre,
alimentando con su carne, y su pirón o su shirumbe,

a nuestros paisanos de Pucallpa y la Amazonía.