miércoles, 12 de mayo de 2010

PUERTO DE PUCALLPA

PUERTO DE PUCALLPA:
PATRIMONIO PÚBLICO O PRIVATIZACIÓN DE LA RIBERA

Llego una madrugada de un día cualquiera de la semana al “PUERTO DE PUCALLPA”. Los albores del día se divisan en el horizonte, semejantes al reflejo de la luz de la plaza del Reloj Público en las aguas turbias del río Ucayali; el cielo está a oscuras, las nubes van convirtiéndose de negro a purpúreas masas de algodón en el cielo, mientras el ruido ensordecedor de las maquinas de los pekepekes negros y “machos” rugen en el agua y el de los motocarros atronan en tierra, atolondrando mil oídos.

Voy buscando entre la
tenue oscuridad a alguien que no conozco. Simplemente estoy observando el panorama del amanecer en el puerto, viendo el ir y venir de los hombres y mujeres que realizan sus quehaceres comerciales en este lugar.

Los vendedores de comida y pasamanería están ubicados en tierra firme, si cabe el término, entre ellos se pasean o se acomodan los vendedores de baratijas.
Siguiente a estos, se observa a los vendedores de plátano, principalmente, que arruman o estiban en áreas de regular proporción que más o menos indican que están mejor ubicados en relación a los agricultores quienes al llegar al “PUERTO DE PUCALLPA” no tienen un centímetro cuadrado donde poner sus sacos de yuca, de aguaje, de maíz, de arroz ó un espacio donde poder ubicar cómodamente sus naranjas, limones, canoas, zapotes ó un lugar donde acondicionarse para ofertar sus gallinas o chanchos u otro animal menor, en resumen, en busca de mejores precios; y en el mejor de los casos acomodar sus equipajes mientras encuentran una movilidad o esperan vender sus productos recién traídos.

Por lo general, muchas veces el agricultor para evitar esta incomodidad, opta por REMATAR sus productos, cayendo en la FAUCES del llamado “REMATISTA” que en bote pekepe o en canoa, aborda temerariamente, en medio río, la embarcación colectivo o particular. Estos REMATISTAS se trepan a la embarcación cual “pirañitas” o zorros en el gallinero, pagando un precio irrisorio por el producto, mientras el motorista hace mil maniobras y esfuerzos para “atracar” o acoderar en el “PUERTO DE PUCALLPA” que conforme va tocando tierra, la embarcación en que llega el agricultor cobra mayor peso por el abrupto, repentino e irrespetuoso ingreso o “abordaje” de mas “REMATISTAS”, cargadores o “chaucheros” y hasta incluso amigos de lo ajeno.

Pues en este instante, es sumamente peligroso el acoderamiento al desestabilizarse la embarcación, que muchas veces se han dado casos de hundimiento con carga y pasajeros incluidos que hasta ha cobrado vidas. Todo por la irresponsabilidad del transportista que llena excesivamente su embarcación sin medir el peligro, del pasajero por no hacer respetar la capacidad permitida, de la capitanía por no hacer cumplir la ley, de los irresponsables “REMATISTAS” y demás que ingresan sin medir las consecuencias, de la Municipalidad Provincial de Coronel Portillo por no delimitar las áreas de embarque y desembarque – no solo de embarcaciones menores, sino también de un espacio digno donde puedan vender los agricultores procedentes de las riberas del alto y bajo Ucayali y obtengan un mejor precio-.

En todo este embrollo, quién sale ganando en todo esto. Las posibles respuestas son:
1.- “EL REMATISTA”, que en tierra ya con el producto adquirido, tiene la desfachatez de vender hasta a más del doble de su precio, delante del productor –quien por no contar con un espacio asegurado para el expendio de su producto, opta por rematarlo-.
2.- LOS AMIGOS DE LO AJENO, quienes en todo este barullo y peligro aprovechan el pánico y descuido de los pasajeros para apropiarse de cualquier cosa que les sea útil.
3.- LOS QUE ENTREGARON EN CONCESIÓN PRIVADA, lotes de las orillas de nuestro río Ucayali – desde el sector de Pucallpillo hasta el Mangual- a empresas navieras y/o comerciales, dejando sin un miserable espacio para nuestros sufridos agricultores y pasajeros de las comunidades y caseríos allende el río.

Y si esto es así, ¿Dónde carajo se va ha construir el –ansiado, vapuleado y manoseado- Puerto de Pucallpa? Y si se llegara a construir –supuestamente vía concesión, que no es más que privatización y enajenación de nuestros puertos a cualquiera empresa extranjera-, ¿Tendrán espacio en ella nuestros agricultores y las embarcaciones menores o eternamente sufrirán este maltrato que acabamos de mencionar? ¿De quien depende todo esto? De las autoridades municipales o aduaneras o de la fuerza del pueblo. Por favor, es hora de que los entes respectivos tomen las cartas en el asunto.