martes, 30 de abril de 2013

CHULLACHAQUI TAQUINERO


CHULLACHAQUI TAQUINERO (1)

A Ulises Reátegui,
yacuruna indomable
 de las tierras del May Ushin.

I
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Cual “dueño del(os) espíritu(s) de las aguas”
“salpicado por los peces
y la lluvia copiosa”
de una tormentosa tarde,
“rema(s) presuroso” como el “Niño ribereño”;
pues la Madre Tierra te espera.
¡Chullachaqui taquinero!

II
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Y desembarcas en el barranco de tus esperanzas
adentrándote en “la selva (que) arde”,
como un “Tigre negro endemoniado
(con) tu lengua de candela”
para salvar los “elementos
que los vegetales transforman” y “la tierra guarda..”
¡Chullachaqui taquinero!

III
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
El “bosque se quema por los cuatro costados”
y no te veo regresar,
entonces comprendo: “Qué importa si el viejo se muera
cuando los niños y los pájaros
vuelan con amor y libertad”.
¡Chullachaqui taquinero!

IV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Mas resurges “de las cenizas de (tus) ilusiones”
con las semillas medicinales que protegieron
Las hojarascas sedimentarias
de las restingas y bajeales
para “... enriquecer la tierra y los cultivos
para que viva una nueva planta”
¡Chullachaqui taquinero!

V
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Entonces, te pierdes sudoroso en la espesura
Y llegas hasta a mí,
“sobre la cumbre de los cerros
amando y cantando a su yerba
soñando enfermeras lindas y limpias”,
y me dices: “la vida surge de la vida”
¡Chullachaqui taquinero!

VI
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
No conoces el cansancio,
y si desembarcas en el puerto no es a descansar,
sino a alentar,
llegas con tu sonrisa franca,
que no conoció hipocresía,
y tus manos que empuñaron la vida.
¡Chullachaqui taquinero!

VII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Al abrazarnos, te pregunto receloso
¿tomas masato?
Mas no me respondes y vas corriendo al puerto
y te escucho gritar
“Venid amigos a beber conmigo
rocío en la hojas de bijao”.
¡Chullachaqui taquinero!

VIII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Más tarde, por la noche, tomando la purga,
entre arengas e icaros,
vas diciéndonos que “la yuca sacia el hambre
y está siendo fermentada
para dar a todos
fortaleza y energía”
¡Chullachaqui taquinero!

IX
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Hermano mío, tus palabras rompen “los ruidos agoreros”
que contrastan tu faz: estás amarillo, pálido
sudas frío, tiemblas, vibras... te endureces de rabia...
Oh, qué resignación y coraje que en constante pelea
desigual con la muerte nos instas a “seguir luchando
sobre los pantanos bebiendo las aguas turbias”
¡Chullachaqui taquinero!

X
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Sin embargo, “cuando ves y escuchas
los crujientes troncos derribados
varados y conducidos en viaje sin regreso...
sient(es) que los desiertos lunares
instalan sus cráteres
en (tus) alvéolos pulmonares”
¡Chullachaqui taquinero!

XI
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
De “... los polvorientos canales de los ríos secos”
y caudalosas zacaritas de tu fuerza invernal, surgen dos arco iris,
 hembra y macho, “por donde (tu) alma rebelde sale sigilosamente…
a juntarse con los camaradas” y nos dices que talar los árboles y
“Quemar vegetales es destruir la vida”;
porque “La riqueza de la selva está en las plantas”
¡Chullachaqui taquinero!

XII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Porque un día
“Sentado (sobre una quiruma)
con las uñas rotas
de tanto arañar la tierra,
escuché en las cavernas de (tu) corazón
notas graves de tamshi contraídas”
¡Chullachaqui taquinero!


XIII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Un día me dijiste: “Edith es mi... Amor sublime”,
“me presente ante ella” en uno de mis tantos viajes,
“Aquí estoy para adorarte para bajar juntos
por las olas sinuosas de tu cuerpo”
“... y al toque de nuestros corazones
el Sol purpúreo del oriente se (volvió) rojo de amor”.
¡Chullachaqui taquinero!

XIV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
No desmayas, porque te alimentas
con el “masato fermentado de la alegría”
“La juventud nunca muere”
me gritas desde tu canoa
chimbando a la otra banda
“... en la proa de la vida...”
¡Chullachaqui taquinero!

XV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Entonces digo: Un día llegarás a tu destino
a “izar en (sus) mástiles tan sólo bandera ucayalina (y)
flamearán tus incendios tan sólo bandera peruana
y arderán los corazones” “y el sol brilla(rá)  con el oro rojizo”
de una “Tarde apacible”
que “se mece, sonríe y canta”
¡Chullachaqui taquinero!

XVI
Compañero de mi alma
¡Tú, no has muerto!
vives entre nosotros
con tu ideal.
Cual “dueño del(os) espíritu(s) de las aguas”
“salpicado por los peces
y la lluvia copiosa”
de una tormentosa tarde,
“rema(s) presuroso” como el “Niño ribereño”;
pues la Madre Tierra te espera.
¡Chullachaqui taquinero!

(1).- Poema compuesto con citas frecuentes, extraídas de la poesía de Ulises Reátegui, del Libro “Comunicación Sincera” (1990), las que van entre comillas en el texto; las que van entre paréntesis, pertenecen al autor.


jueves, 25 de abril de 2013

TENACIDAD


TENACIDAD

 

Levantóse un hombre,
y emprendió su lucha ardua y tenaz.
Muchos mirábanle.
¡Es su problema! decíanse; negando sus fuerzas.
Las horas pasaban violentamente carcomiendo vidas.
¡Carcomiéndoles!

Mas aquel hombre,
Sin esperar de los demás
tenaz y arduamente luchaba
contra las horas, contra el tiempo
y su vida se extendía
¡Porque luchaba!

¡Luchemos también! dijeron unos...
¡No!, respondieron otros, 
y seguían carcomiéndose, muriéndose;
y aquel hombre
tenaz y arduamente luchaba,
y su vida conquistaba.

¡Tenemos que luchar! ¡Vamos con él!
dijéronse todos.
Y se encaminaron rumbo al campo de batalla,
las horas se detuvieron,
los raídos cuerpos se recomponían…
¡Recuperaron sus fuerzas!

Juntos salvaron sus vidas
¡Conquistaron su libertad!
¿No ven cuán digno es empezar el andar,
dar el ejemplo, ofrendándose incluso,
bregar en la lucha y mostrar el camino
aunque otros no quieran caminar?

¡Qué coraje, ante la adversidad
avanzar juntos y triunfar!

jueves, 18 de abril de 2013

MONTAÑA MUJER


MONTAÑA MUJER

Tus muslos blandos y torneados
que descubre tu vestido
me provocan a tal punto
que verte sentada
sobre tus piernas en la cama
me alucinan de placer,
me impulsan hacia tus rodillas
saboreando la tersura de tu piel
con la punta de mi lengua
hasta llegar a tus montañas
que ya se deslizan precipitadamente
y la muralla de tu cuerpo no resiste más
al embate de mis dardos de fuego,
desplomándote en aullantes gemidos de fiera herida;
tu vientre resiste al contoneo sinuoso de tus ancas
donde termino asaltando tu ciudad,
arrancando tu estandarte;
símbolo de feroz guerrera amazona
que ahora cae extenuada,
gimiendo de goce
rendida a mis pies.

sábado, 30 de marzo de 2013

DELIRANTE PASION


DELIRANTE PASIÓN


 

Con la cautivadora mirada de tus negros ojos,

engalanada con tu meneante caminar y tu dulce sonrisa.

Con tus suaves caricias y fulminantes besos

que emergían ardientes de tu ser,

conquistaste mi corazón.

 

Acribillado de amor a tus pies caí,

mi delirante pasión de Primavera fuiste.

Comprendiendo tu amor

e incandescente corazón,

te amé con locura.

 

Radiantes de alegría,

disfrutábamos de dicha y ternura,

pasando eternos momentos entregados al íntimo placer,

hasta que el destino quebrantó nuestra felicidad.

La soledad y la distancia hicieron suyas nuestras vidas.

 

Marchita la flor con el sol del mediodía,

busqué el tropical oasis de tu cautiverio.

El viento y el polvo del desértico noviembre

no fueron impedimento para encontrarte.

Qué inolvidable fue aquel primer Año Nuevo del 89.

 

El tiempo pasó, más lo nuestro no terminó.

Porque la brisa ribereña avivó el fuego del campo

con el advenimiento de la Navidad,

sellando nuestro amor por la eternidad.

No dudaba de tu entrega y fiel sinceridad.

 

Nada en esta vida podrá separarnos,

Por tu amor Semana Santa fue un suplicio.

Tú, serás mi cruz para encontrar la luz,

la luz del nuevo día que traerá la paz para mi alma,

sabiéndote mía para toda la vida.

 

 

sábado, 23 de marzo de 2013

ENERGÍA SEDUCTORA

ENERGÍA SEDUCTORA


 
 
Nútranme los gases
que emanan de la tierra,
del vigor que necesito.
Explosivos gases combustibles.
Fuerzas extrañas de la tierra.
 
Mis pulmones los aspiran
inundando mi pecho,
me confundo con ellos,
Visibles energías, que escapan al infinito
confín del Universo.
 
Tú, energía seductora,
que en la hora de la tribulación
llenas el alma,
reconfortas el espíritu;
devuélveme el coraje para seguir luchando.
 
Fuerza que das fuerza, eternamente materia.
No permitas que desmaye, dadme fuerza y valor.
¡Solo en ti puedo confiar!
Tú, que insuflas mi corazón
¡Levita mi cuerpo!
 
Tú, energía seductora,
dadme alas de fuego y no ikarescas,
devuélveme  la vida.
Devuélveme el ritmo y el son
¡Entonad una nueva canción!
 
Tú, que calcinas
la indiferencia y el rencor, ven a mí;
penetra en mi cuerpo y explota,
y talvés para eso yo ya esté contigo,
en las entrañas de la tierra.
 
Y volveré…
hecho  polvo, hecho gas,
hecho materia, hecho fuerza,
hecho energía, hecho todo,
para dar vida.
 
Y para vivir eternamente,
habrá que despojarse
de lo material,
quitarse la carne y los huesos,
menos el corazón para sentir la vida.
 
Y eso soy yo,
el vetusto volcán efebo
de la muerte y la vida
del fuego universal que no cesa
¡Que no se extingue!
 
Sólo soy,
energía y materia
que no se destruye
y para  eso seré algo más para vos:
oxigeno... de vida.

viernes, 15 de marzo de 2013

UN ATARDECER DE AGOSTO


UN ATARDECER DE AGOSTO



Dedicado a E. Mezkita, na floresta além do maior país da América do Sul
 
Un atardecer de agosto,
el polvo de la tierra,
mezclado con el humo del fuego
que arrasaba las chacras veraniegas
se levantaba muy alto,
cubriendo cuanto existe sobre la tierra.

 Un atardecer de agosto,
el polvo de la tierra,
formaba una atmósfera grisácea
con celestirrojos jaspes en el cielo,
cual inmensa cortina del mundo,
o quizá un mantel imaginario
sobre la mesa solitaria,
con una refulgente naranja metálica;
servida en el gélido invierno
con la novia ausente,
y el amor hecho trizas.

Un atardecer de agosto,
aquella naranja resplandecía sola,
se acercaba y me hipnotizaba,
introduciéndose bajo mis párpados…
tiñendo el mundo de rojo.

Un atardecer de agosto,
[1]cushuris, [2]tibes y [3]garzas
sobrevolaron mi cabeza
atravesando mi corazón
rumbo a sus nidales.

Un atardecer de agosto,
el polvo de la tierra,
todo lo transformaba,
allá lejos,
de las grandes urbes.

 Un atardecer de agosto,
el polvo de la tierra
era verdiazul,
y el viento y el agua eran amigos
cuando no existía el pecado.

Todo era hermoso en suma excelsitud,
quizá era otra Creación,
allá en la distancia.

Un atardecer de agosto,
el polvo de la tierra
brindaba un ocaso impresionante,
porque aquella naranja brillaba con vivo color
sobre la copa de los árboles,
rodando hacia el confín
de la inmensa alfombra verde,
alejándose más y más,
dejando una suave brisa vespertina,
enviándonos una noche estival, que todo lo cubría,
con sus grandes alas.

Aquella tarde de agosto,
recordaba al tierno amor que se fue,
dejando mi corazón
perdido en la oscuridad,
como aquella naranja metálica,
desaparecía en la inmensidad de la noche.




[1]Olivaceeous cormorants/Phalacrocórax olivaceus.  Ave palmípeda propia de la selva de plumaje color negro, experto buzador para atrapar a su presa. Es netamente gregaria. Se le ve mayormente en grupos de cientos de individuos. Realiza movimientos masivos, no es territorial.
 
[2] Yellow - billed stern / Sterna sp. Se  le avista solo en pequeñas bandadas de hasta unas veinte aves, pero también  en congregaciones de cincuenta o más. Aparentemente no es territorial.
[3] Great egret / Casmerodius albus. Es la garza mas gregaria de la selva. Generalmente se le ve en grupos pequeños o congregaciones de hasta cientos de aves, solo pocas veces se ven individuos solitarios. Muestra comportamiento territorial.