MONTAÑA MUJER
Tus muslos blandos y
torneados
que descubre tu vestido
me provocan a tal
punto
que verte sentada
sobre tus piernas en
la cama
me alucinan de placer,
me impulsan hacia
tus rodillas
saboreando la tersura
de tu piel
con la punta de mi
lengua
hasta llegar a tus
montañas
que ya se deslizan
precipitadamente
y la muralla de tu
cuerpo no resiste más
al embate de mis
dardos de fuego,
desplomándote en aullantes
gemidos de fiera herida;
tu vientre resiste al
contoneo sinuoso de tus ancas
donde termino
asaltando tu ciudad,
arrancando tu
estandarte;
símbolo de feroz guerrera
amazona
que ahora cae
extenuada,
gimiendo de goce
rendida a mis pies.
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