jueves, 7 de mayo de 2015

DESDE LAS PROFUNDIDADES

DESDE LAS PROFUNDIDADES

Desde las profundidades de la inmensidad de la selva escribo este mensaje desesperado.

Es que me siento solo, al borde de la locura, de tanto recordar tu cuerpo, tu figura, tus caricias, que tiempos aquellos, no muy lejanos, disfrutaba embelesado, ajeno a todo el mundo, soberbio y extasiado en ti, 35.

Ya no puedo más, no puedo soportar esta soledad del cual soy amante.

El canto de los pájaros, el trinar de los pajarillos, el gorgoteo de las aves, el revoloteo de las avecillas, ayer alegres, todo se volvió triste.

Hasta el cántico de la lluvia se volvió un funeral de susurros tempestuosos, las nubes han conspirado contra mí, la luna se ha ocultado en el horizonte, el sol se alejó de la tierra y las estrellas han desaparecido de mi vista.

Desde las profundidades de la inmensidad de la selva escribo este mensaje desesperado.

Es que me siento solo, al borde de la locura, de tanto recordar tu cuerpo, tu figura, tus caricias, que tiempos aquellos, no muy lejanos, disfrutaba embelesado, ajeno a todo el mundo, soberbio y extasiado en ti, 35.

Ya no puedo más, no puedo soportar esta soledad del cual soy amante.

Aquellos días de pasión, tu amor era fuego que envolvía mi cuerpo que ardía con el huracán de tus abrazos transportándome cautivo hasta tus bifurcaciones, donde aplacaba las llamas del deseo lanzándome hacia el abismo de tu vientre cuyas aguas torrentosas me arrastraban violentas por tus cascadas, apacibles en tus valles cuyas playas y parajes me devolvían lentamente la vida vigorosa y alegre sobre el vaivén de tus frescas olas de laguna de los cisnes donde tú princesa 35 consolabas a tu Patito Féolix.


Desde las profundidades de la inmensidad de la selva escribo este mensaje desesperado, caminando errante hasta encontrar tus huellas para consuelo de mi sangrante corazón herido, que lentamente va desfalleciendo, muriendo por ti… 35.

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