IMAGINARIA MUJER
De la superficie
imaginaria de mi ser,
filtran
lágrimas subterráneas del pasado.
Soy
prisionero de la libertad
y mi vida se
torna una inmensa chacra recién quemada
que el fuego
arrasó, con cenizas por doquier.
Mi espíritu
se libera y te busca.
Eres tú,
papel; y yo, tinta.
Pinto tu
rostro pálido bajo la luna llena,
amparado en
la sombra del árbol que nos cubre,
mudo testigo
de estas abstractas pinceladas.
Tengo tu
rostro estampado, estás sonriente,
recostada en
el árbol, entre mis brazos.
Me dices
muchas cosas que no logro entender.
siento tu
latido como si fuera el mío.
siento la
suavidad de tu piel, de tus hombros.
Tu aroma me
embriaga,
toco tus
labios con mis dedos,
tomo tu faz
con mis manos,
te acerco
hacia mí y te beso.
Levanto tu
rostro y no me miras.
Tienes tus
cuencas profundas y me doy cuenta que te dibujé sin ojos,
en el fondo
de tu alma percibo una mirada divina y
tomo la
clorofila de las plantas, la mezclo con el azul del cielo y
los rayos
del sol y formo tus ojos que irradian luz
sobre la
frondosidad de los bosques que pueblan la selva virgen...
Tu mirada
penetra en mis ojos, desde tus ojos,
y siento que
tu cuerpo es una playa,
frente al
recodo del río grande,
donde bufeos
grises y colorados revolotean libremente,
sobre las
olas, contra la corriente.
Para eso, yo
ya estoy junto a ti,
en el
retrato, desde ahí trato de verme
en el mundo
exterior.
Ya no estás
recostada en el árbol,
y yo soy ave
que vuela en tu cielo.
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