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miércoles, 22 de noviembre de 2023

LA SELECCIÓN PERUANA Y EL SUEÑO DE LOS YUNAITES

 

LA SELECCIÓN PERUANA Y EL SUEÑO DE LOS YUNAITES

 Ayer fue una tarde lluviosa en Pucallpa y la noche estuvo algo más que fresca sino fría, y fue en esas circunstancias que recibí una llamada telefónica de Agosto, mi enano, quien me dijo que está con Nando en la casa de Don Jushte, mi padre, a quien fueron a visitar para acompañarle viendo el partido de la selección peruana con su similar de Venezuela. Bueno, a decir verdad, no soy seguidor de la disciplina de futbol, salvo en encuentros propios del mundial y cuando juega mi suegra; pero tratándose de los míos, que van a visitar a su abuelo, caballero tuve que desviar la ruta -que pensaba ir directo a casa- para ir también donde mi padre; pese a que aquí en Pucallpa, después de cada lluvia, las calles de las zonas urbano marginales -por donde vivo- se vuelven barreales o tahuampales -zonas bajas inundables, características propias del bosque húmedo tropical de la amazonía- por donde no se puede transitar mucho, menos caminar; pero así es, no sé hasta cuando, talvez hasta que haya alguna autoridad que asuma sus funciones a cabalidad, porque ahora las que tenemos, son también como el entrenador de la selección nacional, que aunque no tengan logros, dicen que hay que respetarles y que sigan nomas en sus cargos, como Alicia en el país de las maravillas.

Dicho esto, voy al grano. Según el significado de esta grandiosa palabra: Selección, menciona que es la "elección de una o varias personas o cosas entre un conjunto por un determinado criterio o motivo", es decir, "es un conjunto de cosas escogidas".

Por lo tanto, remitiéndonos al tema del futbol, que es el motivo de este breve artículo, se despende que la selección peruana de futbol está integrada por escogidos, algo así como la Biblia o los religiosos que hablan de “los escogidos de Dios”.

¿Y qué sucede cuando los “escogidos de Dios” caen? Lógicamente que se degeneran y dejan de ser el referente de la Iglesia, mucho más si es el pastor. Si el pastor no consigue adeptos o feligreses, quiere decir que su mensaje no está llegando a su público objetivo o mucho menos a la comunidad y, por ende, no está cumpliendo con su misión y debe dejar la posta a un sucesor.

Lo mismo sucede con la selección peruana que viene de tumbo en tumbo, con varias derrotas a su espalda, que va acrecentando su joroba que se hace más grande que del Jorobado de la catedral de Notre Dame de París, con los principales seleccionados de los otros países vecinos de Sudamérica. Anoche, después de varias lunas de tormenta futbolística, brilló un instante el triunfo para la rojiblanca frente a la también despintada selección de la vinotinto, con quien al final, en lamentable actuar de siempre, empató tristemente.

Lamentable actuar, en momentos en que los jugadores están en el ojo de la tormenta, salvo excepciones, y su entrenador Juan Reynoso, quien viene recibiendo una dura y áspera crítica no solo de tirios y troyanos del futbol, sino hasta de mi abuelita; tanto así que, en la conferencia de prensa tras los resultados de anoche, todos los periodistas deportivos en vez de preguntar sobre la táctica y estrategia empleada, preguntaron a boca de jarro al entrenador, que cuando renunciaría.

Según la crítica y a decir del mismo mugroso, perdón, Reynoso, dicen que no podría renunciar según los acuerdos pactados en su contrato de servicios y que, en el mejor de los casos si renunciara, la Federación Peruana de Futbol, es decir, el Estado Peruano, mejor dicho, nosotros, tendríamos que pagarle a Juan Reynoso como si estuviese en actividad, o sea, entrenando a la selección. En conclusión, sería muy oneroso para el erario nacional sacarle en estos momentos al entrenador penoso.

Pero aquí surge la pregunta clave: Cuando hay una guerra ¿Quién comanda a los soldados? ¿La victoria o derrota a quién se debe? Pues básicamente, el único responsable es el General, quien debe responder por todas las consecuencias, sean positivas o negativas. Ahora, si este General, deviene en derrotas y fracasos poniendo en peligro la soberanía del país ¿Creen ustedes que debería seguir al frente de sus soldados conduciendo la guerra?

Pues igual sucede con nuestra selección nacional de futbol. No es que el General tenga un escalafón profesional y sólo por eso debe seguir al mando de un batallón, aunque el cargo y responsabilidad le quede muy grande. No es que el entrenador tiene un contrato de trabajo irrenunciable o irrevisable; si no está rindiendo frutos, habrá que resolver el contrato y punto. Lo demás es cosa de abogados. Lo que hoy importa es devolver al sufrido aficionado peruano, aquellos hombres y mujeres que, en cada encuentro de la selección nacional, viven horas de incertidumbre, desilusión y decepción tras los adversos resultados: No es posible que, de 18 puntos en disputa hasta el momento, no tenga ninguna victoria y solamente muestre dos agónicos puntos, resultado de dos anémicos empates y, para el colmo de los colmos, el mismo Reynoso tuvo la displicencia de decir que “el que más quiere el cambio en el futbol peruano soy yo” y “resultados es tranquilidad” ¿Estará tranquilo entonces?

Hoy más que nunca, urge una purga, una recomposición del futbol peruano, tanto desde los clubes, la federación y la selección, para que Agosto, Nando, Don Jushte y todo los peruanos, disfruten de nuevos momentos de pasión futbolística, tengan una autoestima rebosante en alto y vibren con la garra y coraje que le pongan esa nueva generación de jugadores que de verdad aman a su Patria, arrancando puntos clasificatorios que nos conduzcan al próximo mundial de futbol.

Mundial que se iniciará el 9 de junio de 2026, a desarrollarse en toda Norteamérica, cuyas sedes se distribuirán en 16 ciudades de tres países: Estados Unidos, México y Canadá que durará 39 días, albergando a 48 selecciones del mundo, a diferencia de Qatar 2022, que se realizó en 28 días con 32 equipos. Esta será el segundo mundial que se juega en más de un país, teniendo como antecedente el Mundial de Futbol 2002, que se jugó en Corea del Sur y Japón; y es allí, adonde quieren llegar los sufridos hinchas peruanos junto a su selección de futbol, a los Yunaites; claro, sin el Reynoso faite.