miércoles, 8 de mayo de 2013

Selva Maternal

SELVA MATERNAL

 

La verde floresta de la tierra,
me recuerda tus palabras,
sembrando la ideal esperanza.

Cuando me concebiste,
fui tu carne, fui tus huesos
y me cuidabas cual corazón sangrante,
protegiéndome de las inclemencias de la Naturaleza.
Me hacías sonreír y ansiabas verme caminar.

Empeñaste en mí tus desvelos,
cuando tus dulces sueños interrumpía.
Mas tu sublime amor
me abrazaba en caricias…
devolviéndonos el sueño.
  
Amor eterno me infundes, aunque soy yo quien acelero tus días
Si ahora de joven te olvido marchándome lejos por una aventura,
tú no deseas mi desdicha;
sino pacientemente esperas el día del regreso
y a cual hijo pródigo me recibas.

Hoy en tu día,
me doy cuenta cuánto significas.
Pues tu corazón supera todo precio
porque tu amor es infinito
¡Oh, dulce madre mía!
  
Madre,
soy tu sangre hecho hombre que a tus pies te venera
exaltando tu grandeza, con humildad y orgullo.
Son tus lágrimas  la lluvia del cielo
y tu sonrisa el sol radiante.

Madre,
en el calor de tu presencia,
en el recuerdo del alma…
elevo mis plegarias hacia tu grande amor,
implorando tu perdón.

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