NESHUYA, EL RIO QUE AGONIZA
Vista de la desembocadura del río Tahuayo (de agua cristalina)
en el río Neshuya (de agua color negra), a la altura del Caserío La Merced de Neshuya:
Muestra fehaciente de la contaminación de sus aguas,
ya que ambas son cristalinas, por naturaleza.
San Andrés de Neshuya; caserío ubicado en el margen derecho del río del mismo nombre, Distrito de Campo Verde, Provincia de Coronel Portillo. Para llegar a este caserío, se ingresa por el caserío Santa Rosa, Km. 50 de la Carretera Federico Basadre, margen derecha, a 10 kilómetros por vía carrozable se llega al caserío La Merced de Neshuya, a orillas del río Neshuya y finalmente tras recorrer 3 kilómetros se llega al poblado de San Andrés.
El caserío cuenta con una escuela primaria, un pozo tubular, telefonía pública, televisión por cable, una carretera afirmada, cultivos de palma aceitera, caña de azúcar, yuca, pasturas y ganadería; todo este valle, naturalmente, está bañado por el río Neshuya, importante fuente hídrica y de alimentos, que provee de agua y peces a los habitantes y animales del lugar.
La principal actividad económica de la población se centra en el cultivo y producción de la palma de aceite que OLAMSA, Oleaginosas Amazónicas S.A., comercializa casi toda la producción de los agricultores de la zona cuya planta procesadora se encuentra en el Km 59.800 CFB, a la vez en el límite distrital de los Distritos de Campo Verde (Provincia de Coronel Portillo) e Irazola (Provincia de Padre Abad).
Si bien es cierto, San Andrés no es el único poblado a orillas del río Neshuya; es destacable que unas madres de familia, moradoras del caserío se decidieron a exteriorizar la problemática de salud sobre el agua insalubre y la contaminación de las aguas del río Neshuya. Es lógico y natural que pidieron reservar sus identidades por temor y seguridad, resumidas en las siguientes frases, recogidas durante el diálogo que sostuve con ellas:
“Las aguas del río en ciertos días se vuelven negras y tienen un color hediondo, mueren los peces y no se puede tomar el agua”.
“Esta situación dura varios días, baja una capa negra, algo así como el petróleo, es el material de desecho que bota la empresa de palma”.
“Se han presentado casos de envenenamiento, por ejemplo el otro día un vecino estuvo enfermo por haber tomado el agua, casi muere”.
“El gua ya no se puede tomar y hasta a veces ni lavar y tampoco podemos bañarnos”.
“Cuando viene la creciente, sólo esos días el agua está un poco limpia, pero después otra vez la empresa bota sus desechos y nuevamente tenemos el mismo problema”.
“La vez pasada, los de la Posta nos dijeron que el agua está contaminada y si tomamos el agua nos puede dar malaria…”.
“No denunciamos públicamente este caso, porque nuestra familia depende de la palma. Si denunciamos, ya no nos van a comprar, no vamos a tener trabajo”.
Aquel día, el agua de la quebrada estaba semiturbia, pues hace dos días atrás, a decir de los pobladores, hubo una creciente y las orillas se encontraban con una lámina de lodo, haciendo resbaloso el suelo. Se observaba el discurrir del agua por los recodos y escorrentías del lecho del río donde hace un tiempo no muy lejano se podía ver a los pececillos retando la fuerza del agua, surcando el curso de la quebrada ó en el mejor de los casos se veía la oleada que provocaba algún pez escurridizo ante la presencia de algún depredador.
¿Qué pasos podemos seguir para superar esta situación?
Lo cierto que está en juego nuestra salud, nuestra tranquilidad, nuestro bienestar y por ende nuestra vida. Entonces hay que buscar mecanismos y estrategias organizadamente, partiendo de los líderes y autoridades de los caseríos afectados para conversar y tratar el problema con los agentes responsables de esta situación. Es importante el diálogo saludable para arribar a un acuerdo en común entre ambas partes para superar esta situación, no se trata de alarmar, alterar, enemistar o castigar; se trata de una organización responsable para solucionar pacífica y cordialmente el problema, puesto que los agricultores necesitan un mercado para sus productos, necesitan trabajo, pero ello no implica que tengan que perder el acceso al agua limpia de este hermoso río que por siempre fue motivo de esparcimiento y vida para su gente.
¿Quiénes están comprometidos en este problema?
En primer lugar, la comunidad junto con sus autoridades que tienen que reunirse y plantear el problema ante la autoridad correspondiente: La autoridad local, la Dirección Regional de Salud, el Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura. Segundo, entablar el dialogo con la empresa, en particular OLAMSA, para remediar el problema y luego con las otras empresas para prevenir esta práctica; Todo esto mediante una Mesa de Dialogo. Tercero, proceder a un resarcimiento del problema que debe ser asumido por la empresa. Cuarto, fortalecer nuestras organizaciones sociales y conformar un colectivo ambientalista por la salud y la vida. Quinto: activar, fortalecer y consolidar el Comité Ambiental Distrital.
