martes, 15 de junio de 2010

VIENTO
I

Eres un impulso de lo desconocido,
no sabemos de dónde vienes,
ni adónde vas
pero vienes, te acercas.

A veces, arrasas eólicamente,
devastando en tierra y alta mar.

A veces, meneas los árboles a tu paso,
ondulando hierbas y arbustos.

A veces, detienes a las aves pescadoras,
suspendiendo sus vuelo en el lago.

A veces, soplas las aguas mansas,
moviendo huamas, palizadas, canoas y balsas.

A veces, agitas el fondo del lago,
perturbando peces, boas, yacurunas y sirenas.

A veces, envías furiosas olas hasta la desnuda orilla,
arrancando las desesperadas raíces del Yarinacocha.

A veces, regalas suaves brisas a la gente,
llenando de paz el alma en el susurrante boscaje.

A veces, invitas a bañar flotando sobre tus alas,
en el agua ondulante.

A veces, desordenas el peinado de los enamorados corazones, provocando el éxtasis de las parejas,

A veces, tocas suavemente,
acariciando hasta los sentimientos.




II

Viento,
cuando te siento,
llegas hasta el núcleo de mis neuronas,
para pensar;
llegas hasta la última arteria de mi corazón, para amar.

Viento,
cuando te siento,
penetras hasta lo más profundo de mi ser,
para pensar, amar y luchar por mi pueblo,
que padece injusticia, hambre y muerte.

¿Y quien afrontará todo esto?
Nosotros, tornándonos cual huracán sublevado,
para arrancar de nuestra Patria
a los culpables de este caos.

Viento,
después de todo…
tocaremos suavemente la tierra,
acariciando dócilmente,
a cuantos compañeros y compañeras
encontremos a nuestro paso
y la alegría y la paz,
estarán con nosotros…
para esparcirla por el mundo.

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