miércoles, 8 de mayo de 2013

Selva Maternal

SELVA MATERNAL

 

La verde floresta de la tierra,
me recuerda tus palabras,
sembrando la ideal esperanza.

Cuando me concebiste,
fui tu carne, fui tus huesos
y me cuidabas cual corazón sangrante,
protegiéndome de las inclemencias de la Naturaleza.
Me hacías sonreír y ansiabas verme caminar.

Empeñaste en mí tus desvelos,
cuando tus dulces sueños interrumpía.
Mas tu sublime amor
me abrazaba en caricias…
devolviéndonos el sueño.
  
Amor eterno me infundes, aunque soy yo quien acelero tus días
Si ahora de joven te olvido marchándome lejos por una aventura,
tú no deseas mi desdicha;
sino pacientemente esperas el día del regreso
y a cual hijo pródigo me recibas.

Hoy en tu día,
me doy cuenta cuánto significas.
Pues tu corazón supera todo precio
porque tu amor es infinito
¡Oh, dulce madre mía!
  
Madre,
soy tu sangre hecho hombre que a tus pies te venera
exaltando tu grandeza, con humildad y orgullo.
Son tus lágrimas  la lluvia del cielo
y tu sonrisa el sol radiante.

Madre,
en el calor de tu presencia,
en el recuerdo del alma…
elevo mis plegarias hacia tu grande amor,
implorando tu perdón.

jueves, 2 de mayo de 2013

HASTA PRONTO PADRE MARQUEZ

UN ABRAZO MUY FUERTE, PRONTO NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR
 

En uno de mis viajes por el majestuoso Ucayali padremarquino
 


Agradezco a todos quienes me permitieron laborar en la Municipalidad de Padre Márquez hasta hoy día y a través de ellos haber conocido a mucha gente de este ribereño distrito que atraviesa el majestuoso río Ucayali, rumbo a Contamana, aguas abajo. Sin embargo, quiero destacar que llegué a esta municipalidad  en un momento convulsionado o con las aguas movidas respecto a las tensas relaciones institucionales entre la Alcaldesa Laura Álvarez García y los Regidores.
Los primeros días de mi estancia fueron de aprendizaje y conocimiento de causa así como también de inquietud e interés personal por la situación que se vive, puesto que no conocía la zona. Llegué a Tiruntán y encontré gente con el nudo en la garganta -con y sin razón- por aflorar sus sentimientos, algunos de ellos encontrados, de los cuales hicieron carne los regidores.
Transcurridos los días pude llegar a las localidades donde residen los regidores y así conocí a su gente, dialogar y percibir de cerca su idiosincrasia y puntos de vista aproximados al problema: A excepción de Tiruntán de los primeros días, en Roaboya Mestiza, Puerto Islandia y Mariscal Castilla los vecinos nos recibían amablemente, hospitalarios, entonces el problema no era como se decía, había que insistir, sólo en Tiruntan había una nube invisible que ensombrecía el clima, tanto así que en algunas ocasiones tuvimos que contar con miembros de la policía nacional más que todo para prevenir algún inconveniente que podría surgir, pero que poco a poco fue menguando, tanto así que encontré personas asequibles con quienes dialogué breve pero profundamente.
Transcurrido el tiempo, los regidores empezaron a llegar de uno en uno a las sesiones de concejo, pero un tanto esquivos pero así se inició esta relación que aún continúa y lo destacable es que esta situación se ha calmado y el 04 de marzo en Santa Ana, donde ambos se vacaron asistieron en pleno, igual que el 13 de abril en Roaboya Nativa, donde aprobaron la convocatoria al Presupuesto Participativo 2014.
En las demás fechas, es destacable las asistencias solitarias o coincidentes de tres regidores: Milagro Isla Sinuiri, Mirtha Luz Ramírez Flores y finalmente Abel Ribeiro Ramírez. En lo que estuve en la Municipalidad, los regidores María de Jesús Escobar Baos y Nilton Santos Rodríguez Tello, no asistieron solos a sesión alguna. Pude observar en el rostro de estos últimos una mezcla de encono, rabia y desazón, pero también de humildad y simplicidad como clamando una oportunidad de ser escuchados según sus puntos de vista. ¿Razones? Puedo especular o concluir que se pegaron muy a la letra de las indicaciones del abogado de cabecera que tenían o aún tienen, el Sr. Limber Alegría, -de quien podría aseverar que en Padre Márquez ha percibido su “Waterloo” en el campo del derecho al no poder hasta el momento lograr la vacancia de la alcaldesa y quien está ya ad portas de concluir su mandato transitorio de 8 meses iniciado en Noviembre 2012, a la vez le quedan escasos dos meses, 07 de julio 2013, día de las elecciones complementarias- quizá esto haya pesado más en ellos que sus iniciativa personal.
También percibí que la gestión los tenía a pan y agua, casi como a enemigos, faltó brindarles ciertas facilidades en lo que respecta a sus transportes hacia las sedes de las sesiones, coordinar su desplazamiento y distender el trato, pero es que también las circunstancias no eran para menos y así marchó y poco a poco fue aplacándose esta relación interna del concejo municipal.    
Lo que puedo destacar de esta breve experiencia por Padre Márquez, es la importancia del trato, de la cercanía, del diálogo, de estar proclive a ceder para avanzar. Confrontados no podemos avanzar, todos perdemos.
En este momento más que un adiós es, solo, un hasta pronto queridos amigos. Un agradecimiento especial a Aquiles y Jorge, de la oficina de coordinación. Ichábirres iräke títabo, pápabo, shuntakobo, bakerranonbo; bakish. Westiora iko ani noa oin ananribino.
 
 
 


martes, 30 de abril de 2013

CHULLACHAQUI TAQUINERO


CHULLACHAQUI TAQUINERO (1)

A Ulises Reátegui,
yacuruna indomable
 de las tierras del May Ushin.

I
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Cual “dueño del(os) espíritu(s) de las aguas”
“salpicado por los peces
y la lluvia copiosa”
de una tormentosa tarde,
“rema(s) presuroso” como el “Niño ribereño”;
pues la Madre Tierra te espera.
¡Chullachaqui taquinero!

II
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Y desembarcas en el barranco de tus esperanzas
adentrándote en “la selva (que) arde”,
como un “Tigre negro endemoniado
(con) tu lengua de candela”
para salvar los “elementos
que los vegetales transforman” y “la tierra guarda..”
¡Chullachaqui taquinero!

III
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
El “bosque se quema por los cuatro costados”
y no te veo regresar,
entonces comprendo: “Qué importa si el viejo se muera
cuando los niños y los pájaros
vuelan con amor y libertad”.
¡Chullachaqui taquinero!

IV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Mas resurges “de las cenizas de (tus) ilusiones”
con las semillas medicinales que protegieron
Las hojarascas sedimentarias
de las restingas y bajeales
para “... enriquecer la tierra y los cultivos
para que viva una nueva planta”
¡Chullachaqui taquinero!

V
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Entonces, te pierdes sudoroso en la espesura
Y llegas hasta a mí,
“sobre la cumbre de los cerros
amando y cantando a su yerba
soñando enfermeras lindas y limpias”,
y me dices: “la vida surge de la vida”
¡Chullachaqui taquinero!

VI
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
No conoces el cansancio,
y si desembarcas en el puerto no es a descansar,
sino a alentar,
llegas con tu sonrisa franca,
que no conoció hipocresía,
y tus manos que empuñaron la vida.
¡Chullachaqui taquinero!

VII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Al abrazarnos, te pregunto receloso
¿tomas masato?
Mas no me respondes y vas corriendo al puerto
y te escucho gritar
“Venid amigos a beber conmigo
rocío en la hojas de bijao”.
¡Chullachaqui taquinero!

VIII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Más tarde, por la noche, tomando la purga,
entre arengas e icaros,
vas diciéndonos que “la yuca sacia el hambre
y está siendo fermentada
para dar a todos
fortaleza y energía”
¡Chullachaqui taquinero!

IX
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Hermano mío, tus palabras rompen “los ruidos agoreros”
que contrastan tu faz: estás amarillo, pálido
sudas frío, tiemblas, vibras... te endureces de rabia...
Oh, qué resignación y coraje que en constante pelea
desigual con la muerte nos instas a “seguir luchando
sobre los pantanos bebiendo las aguas turbias”
¡Chullachaqui taquinero!

X
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Sin embargo, “cuando ves y escuchas
los crujientes troncos derribados
varados y conducidos en viaje sin regreso...
sient(es) que los desiertos lunares
instalan sus cráteres
en (tus) alvéolos pulmonares”
¡Chullachaqui taquinero!

XI
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
De “... los polvorientos canales de los ríos secos”
y caudalosas zacaritas de tu fuerza invernal, surgen dos arco iris,
 hembra y macho, “por donde (tu) alma rebelde sale sigilosamente…
a juntarse con los camaradas” y nos dices que talar los árboles y
“Quemar vegetales es destruir la vida”;
porque “La riqueza de la selva está en las plantas”
¡Chullachaqui taquinero!

XII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Porque un día
“Sentado (sobre una quiruma)
con las uñas rotas
de tanto arañar la tierra,
escuché en las cavernas de (tu) corazón
notas graves de tamshi contraídas”
¡Chullachaqui taquinero!


XIII
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Un día me dijiste: “Edith es mi... Amor sublime”,
“me presente ante ella” en uno de mis tantos viajes,
“Aquí estoy para adorarte para bajar juntos
por las olas sinuosas de tu cuerpo”
“... y al toque de nuestros corazones
el Sol purpúreo del oriente se (volvió) rojo de amor”.
¡Chullachaqui taquinero!

XIV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
No desmayas, porque te alimentas
con el “masato fermentado de la alegría”
“La juventud nunca muere”
me gritas desde tu canoa
chimbando a la otra banda
“... en la proa de la vida...”
¡Chullachaqui taquinero!

XV
Tú viajas eternamente,
te veo surcar todos los días
la torrentosa cabecera
del río que siempre amaste.
Entonces digo: Un día llegarás a tu destino
a “izar en (sus) mástiles tan sólo bandera ucayalina (y)
flamearán tus incendios tan sólo bandera peruana
y arderán los corazones” “y el sol brilla(rá)  con el oro rojizo”
de una “Tarde apacible”
que “se mece, sonríe y canta”
¡Chullachaqui taquinero!

XVI
Compañero de mi alma
¡Tú, no has muerto!
vives entre nosotros
con tu ideal.
Cual “dueño del(os) espíritu(s) de las aguas”
“salpicado por los peces
y la lluvia copiosa”
de una tormentosa tarde,
“rema(s) presuroso” como el “Niño ribereño”;
pues la Madre Tierra te espera.
¡Chullachaqui taquinero!

(1).- Poema compuesto con citas frecuentes, extraídas de la poesía de Ulises Reátegui, del Libro “Comunicación Sincera” (1990), las que van entre comillas en el texto; las que van entre paréntesis, pertenecen al autor.