ME RESISTO
Me resisto a decir que te busqué
porque a pesar que pregunté por todas partes
no pude dar contigo.
¿Acaso te escondiste, no quieres que te ubique o no
existes?
Me resisto a decir que
existes
porque a pesar de tratar de dar contigo por todas partes,
nunca te encontré.
¿Acaso gozas con el sufrimiento de los que gimen de dolor?
¿Acaso gozas con la desesperación de los afligidos?
¿Acaso gozas con el lamento de los olvidados y marginados?
¿Acaso gozas con la inmundicia del desperdicio humano?
Me resisto a decir que estas en todas partes
porque por donde vaya encuentro
injusticia y corrupción.
¿Acaso todo el tiempo imperará esta lacra social?
Me resisto a decir que eres amor
porque lo único que observo es desconfianza,
insensibilidad y odio.
¿Acaso tu reino se fortalece de esas prácticas y por eso no
los destierras?
Me resisto a decir que eres consolador,
porque en todas partes se enseñorea el hambre,
la desolación y la muerte.
¿Acaso eso es lo que espera como destino final a los que buscan
sosiego en ti?
¿Acaso esto nunca tendrá un final diferente?
¿Acaso los hombres están condenados a sufrir?
Me resisto a decir que eres esperanza
porque solamente promesas y más promesas
se escuchan de los que gobiernan y de los que predican.
¿Acaso eso es el caldo de cultivo para mantener el sistema?
Me resisto a decir que eres Dios
porque desde la creación del mundo hasta hoy
sólo se escucha de tribulaciones y conflagraciones,
de terremotos y desastres.
¿Acaso esos son los signos del fin del mundo?
¿Entonces el fin del mundo es cada día, cada instante?
Me resisto a todo,
el mundo es uno,
los hombres muchos
y las ideas diferentes;
con ideas diferentes
y muchos hombres
el mundo es un caos
¿Y Dios?
Dios está en ti,
luchando por vivir, por existir
¡Ya no lo busques!
Si cambias tú ¿Cambiará el mundo?
“El mundo es ancho y ajeno”
¿Y Dios será sólo un dios?
Quizá un dios de dioses
por áreas geográficas y generaciones humanas.
La Biblia dice “Cree en mí y serás salvo” y
la Globalización somete ‘cree en ti y sálvate a ti mismo’.
Un mundo dividido, individualizado,
egoísta y en competencia
deja de lado la sensibilidad social,
la solidaridad humana,
la paz de los pueblos,
la justicia limpia,
la hermandad familiar
y la convivencia en comunidad.
