viernes, 27 de diciembre de 2013

POR QUE LA VIDA NO ESPERA

POR QUE LA VIDA NO ESPERA



Es de noche y todo es silencio bajo las sombras,
sólo dos ojos se mueven felinos en ella;
esos ojos son de aquellos que nos faltó el día
con una tarde inconclusa y falta mucho aún.

Entonces remontamos vuelo,
buscamos caminos
no transidos
para llegar a la realidad.

Sobre el ladrido,
sobre el chirriar,
sobre el croar,
sobre el ruido.

Nadie vive la realidad
todos vivimos un misterio
que nunca
acabamos de descifrar.

Por eso nos falta el día de la vida
que incita a retar
las sombras de la noche
con ojos felinos.

Y ya para eso estamos preparados,
porque la vida no espera,
se acaba
en cada palpitar... se va!

Y antes del fin
habrá que construir
un corazón, un hogar
para mañana.

Hoy soporté la angustia y el dolor
al compás  del palpitar que incita a retar,
las sombras de la noche con ojos felinos,

porque la vida no espera.

lunes, 23 de diciembre de 2013

viernes, 6 de diciembre de 2013

SÁLVESE QUIEN PUEDA

SÁLVESE QUIEN PUEDA

Pero el hombre camina a ciegas, se va sin rumbo,
camina a tropezones, sólo le importa su “yo” y nada más.
Entonces digo: Nuestra sociedad apesta.
Y lo sensible se vuelve insensible,
porque todos perdimos la visión,
nos la tapamos con las manos;
porque todos perdimos la audición,
nos la cubrimos con algodón,
simplemente no escuchamos, nos distraemos;
porque todos perdimos nuestras fuerzas
y no queremos dar las manos
para levantar al caído,
sólo porque no le conocemos ¡Quién será!
Porque todos perdimos el amor
y endurecemos nuestro corazón, desechando la amistad,
¡Negando la paz!
Y todos hacemos nuestra guerra,
nuestra guerra sin fin,
¡Sálvese quien pueda!

Pero el hombre camina a ciegas, se va sin rumbo,
camina a tropezones sólo le importa su “yo”  y nada más.
Entonces  digo: Nuestra sociedad apesta.
Y lo sensible se vuelve insensible,
porque cuando alguien necesita de nosotros,
simplemente negamos posibilidades;
porque cuando alguien yerra,
simplemente acusamos traiciones;
porque cuando somos culpables,
simplemente negamos,
queremos ser dueños de la razón
y sobornamos con dinero que no es nuestro
y nos burlamos de la justicia ¿Será que es ciega?
¡No hay justicia!
Sólo se hace “justicia” con los que menos tienen,
con los marginales, con los chivos expiatorios.
Y todos hacemos nuestra guerra,
nuestra guerra sin fin.
¡Sálvese quien pueda!

Pero el hombre camina a ciegas, se va sin rumbo,
camina a tropezones, sólo le importa su “yo” y nada más.
Entonces digo: Nuestra sociedad apesta.
Y lo sensible se vuelve insensible,
porque decimos creer en Dios,
pero nuestros actos son contrarios;
porque decimos creer en Dios,
y los que gobiernan, matan en nombre de Dios;
porque decimos creer en Dios,
y no compartimos el pan con nuestros hermanos,
les robamos el oxígeno, les estrangulamos;
porque decimos creer en Dios,
y estamos podridos por dentro, apestamos.
Entonces digo: Nuestra sociedad apesta.
Y libramos guerras interminables,
defendiendo nuestro “yo” y sus mezquinos intereses,
desde la derecha hasta la izquierda,
desde lo ideal hasta lo material.

¡Sálvese quien pueda!