A VECES SOMOS
CRISTALES
I
A
veces somos cristales,
hechos
de carnosidades blancas,
arrancados
de ojos que todo lo ven y todo lo callan.
Somos
tales que parecemos excelsos y bellos
que
muchos tratan de imitarnos
envidiando
nuestra mascarada conducta
que
nos carcome cada día.
II
A
veces somos cristales,
hechos
de piedras refulgentes de los arenales,
que
enceguecen la vista y alargan los caminos.
Somos
tales que brillamos cual esmeraldas
con
el fuego azufrino de la corrupción,
que
consume nuestra moral,
y
para el colmo decimos ser honestos!
II
A
veces somos cristales,
hecho de moléculas claras de azúcar rubia,
que
endulzan el trago amargo de la vida.
Somos tales que tratamos de ser buenos
y
sensibles en un lugar,
cuando
en otras tierras quitamos el pan a los demás;
les
explotamos o simplemente les matamos.
IV
A
veces somos cristales,
hechos
de gotas de agua que no llegaron a su destino,
y
son utilizados para el mal.
Somos
tales que ahogamos a nuestros hermanos
para
preservar la inmerecida vida nuestra;
quién
sabe que la de ellos merece mucho más,
si
sólo nos servimos de ellos.
V
A
veces somos cristales,
hechos
de humo denso de los quemazones de verano
que
ahogan los pulmones y ciegan al hombre.
Somos
tales que pudiéndolo todo,
lo
negamos todo.
¿Y
eso somos nosotros los humanos?
¡Hasta
cuándo!